A casi un cuarto de siglo de haberse declarado el Día Mundial de la Eficiencia Energética, los países tienen la obligación de redoblar los esfuerzos para optimizar el uso de la energía como una condición fundamental para elevar sus niveles de competitividad, crecimiento económico y desarrollo sostenible en beneficio de las poblaciones y el medio ambiente.

Esta importante fecha se conmemora hoy con mayores retos debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 en los mercados energéticos, destacando la importancia de la eficiencia del recurso en la recuperación económica y social, y al mismo tiempo, en las metas para mitigar el cambio climático y sus efectos en el aumento de la pobreza, hambre y calidad de vida de las personas. Es por ello que, en acompañamiento a los países de la región, y en línea a la Estrategia Energética Sustentable 2030-SICA, que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ha impulsado el desarrollo del sector eléctrico financiando operaciones por más de US$7,000 millones durante seis décadas. Las inversiones más recientes se constatan en su publicación: Competitividad regional mediante el desarrollo de energía eléctrica.

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