El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) ha demostrado un firme compromiso con la financiación de iniciativas que contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático. Desde 2015, el BCIE ha avanzado significativamente en la gestión de riesgos y oportunidades vinculadas al cambio climático, como lo demuestra la primera evaluación independiente sobre la alineación del Banco con el Acuerdo de París.

Un hito clave en esta evolución es la implementación de las Operaciones de Políticas para el Desarrollo (OPD) desde 2020. Este producto financiero ha permitido a los países miembros, especialmente Costa Rica, acceder a créditos que facilitan la alineación de sus políticas públicas y regulatorias con los compromisos del Acuerdo de París y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). Esto refuerza el compromiso del BCIE con el desarrollo sostenible y la resiliencia climática de la región.

El BCIE ha adaptado su estrategia de negocio para integrar aspectos climáticos, especialmente en lo que respecta a las oportunidades de financiamiento. La Estrategia Ambiental y Social (EAS) 2020-2024 del Banco ha establecido una meta promedio de aprobaciones del 40% anual en proyectos de adaptación y mitigación del cambio climático. Este enfoque estratégico subraya la dedicación del BCIE a fomentar un desarrollo sostenible.

En el marco de su Política Ambiental y Social (2016), el BCIE evalúa y aprueba créditos para programas y proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático. Actualmente, el Banco está actualizando esta política para crear una “Política Ambiental, Social y de Acción Climática” y ha desarrollado la Estrategia de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático (MACC), buscando un mayor alineamiento con el Acuerdo de París.

Para fortalecer el apoyo a la región, el BCIE ha creado el Fondo de Preparación de Proyectos de Inversión en Cambio Climático (FCC). Este fondo innovador financia asistencia técnica para la preparación de proyectos que mejoren la mitigación y adaptación al cambio climático y la gestión de desastres naturales en la región y cuenta con aportes de diversas fuentes, incluyendo recursos propios del BCIE y de cooperantes internacionales como KFW, la Unión Europea y La Cooperación Española para apoyar iniciativas solicitadas por gobiernos, autoridades nacionales y entidades privadas que se alineen con las prioridades nacionales de cada país.

Más del 40% de los financiamientos del BCIE a Costa Rica son verdes.

Entre 2015 y 2023, alrededor del 41% del monto total de aprobaciones del BCIE en Costa Rica (US$10,739.48 millones) se ha destinado a proyectos de adaptación, mitigación y acciones sinérgicas relacionadas con el cambio climático, en las que un 39% de estas aprobaciones (US$4,115.92 millones) se enfocan en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la gestión sostenible de recursos hídricos.



Este compromiso del BCIE refleja un esfuerzo concertado y estratégico para alinear el desarrollo económico con las prácticas de sostenibilidad del país, financiando de esta manera iniciativas de implementación de medidas de eficiencia energética, transporte eléctrico y políticas públicas orientadas a la descarbonización de la economía, la gestión sostenible del recurso hídrico, el control de inundaciones, la agricultura resiliente y la gestión de riesgos por desastres.

La estrategia del BCIE no solo subraya la importancia de una acción climática coordinada a nivel regional, sino que también muestra cómo las instituciones financieras pueden desempeñar un papel crucial en la orientación de los recursos hacia un futuro más sostenible con una tendencia creciente a priorizar inversiones que no solo generen retornos económicos, sino que también contribuyan positivamente al bienestar ambiental y social.

Este liderazgo del BCIE en financiación climática demuestra su compromiso con el medio ambiente y cómo es capaz de diversificar su estrategia de negocio diseñando soluciones financieras que apoyen a sus países miembros a sumarse a este esfuerzo que representa una inversión no solo para el presente, sino también en el futuro asegurando un legado de resiliencia y prosperidad sostenible para las futuras generaciones.